Comentario
Cómo se descubrieron las minas de Potosí, donde se ha sacado riqueza nunca vista ni oída en otros tiempos, de plata y de cómo por no correr el metal la sacan los indios con la invención de las guairas
Las minas de Porco y otras que se han visto en estos reinos, muchas dellas desde el tiempo de los ingas, están abiertas y descubiertas las vetas de donde sacaban el metal; pero las que se hallaron en este cerro de Potosí (de quien quiero agora escrebir) ni se vió la riqueza que había ni se sacó del metal hasta que el año de 1547 años, andando un español llamado Villarroel con ciertos indios a buscar metal que sacar, dio en esta grandeza, que está en un collado alto, el más hermoso y bien asentado que hay en toda aquella comarca; y porque los indios llaman Potosí a los cerros y cosas altas, quedósele por nombre Potosí, como le llaman. Y aunque en este tiempo Gonzalo Pizarro andaba dando guerra al visorey y el reino lleno de alteraciones causadas desta rebelión, se pobló la falda deste cerro y se hicieron casas grandes y muchas, y los españoles hicieron su principal asiento en esta parte, pasándose la justicia a él; tanto, que la villa estaba casi desierta y despoblada; y así, luego tomaron minas, y descubrieron por lo alto del cerro cinco vetas riquísimas, que nombran Veta Rica, Veta del Estado, y la cuarta de Mendieta, y la quinta de Oñate; y fue tan sonada esta riqueza, que de todas las comarcas venían indios a sacar plata a este cerro, el sitio del cual es frío, porque junto a él no hay ningún poblad. Pues tomada posesión por los españoles, comenzaron a sacar plata desta manera: que al que tenía mina le daban los indios que en ella entraban un marco, y si era muy rica, dos cada semana; y si no tenía mina, a los señores comenderos de indios les daban medio marco cada semana. Cargó tanta gente a sacar plata, que parecía aquel sitio una gran ciudad. Y porque forzado ha de ir en crescimiento o venir en disminución tanta riqueza, digo que para que se sepa la grandeza destas minas, según lo que yo vi el año del Señor de 1549 en este asiento, siendo corregidor en él y en la villa de Plata por su majestad el licenciado Polo, que cada sábado en su propia casa, donde estaban las cajas de las tres llaves, se hacía fundición, y de los quintos reales venían a su majestad treinta mil pesos, y veinte y cinco, y algunos poco menos y algunos más de cuarenta. Y con sacar tanta grandeza que montaba el quinto de la plata que pertence a su majestad más de ciento y veinte mil castellanos cada mes, decían que salía poca plata y que no andaban las minas buenas. Y esto que venía a la fundición era solamente metal de los cristianos, y no todo lo que tenían, porque mucho sacaban en tejuelos para llevar do querían, y los indios verdaderamente se cree que llevaron a sus tierras grandes tesoros. Por donde con gran verdad se podrá tener que en ninguna parte del mundo se halló cerro tan rico, ni ningún príncipe, de un solo Pueblo, como en esta famosa villa de Plata, tuvo ni tiene tantas rentas ni provecho; pues desde el año de 1548 hasta el de 51 le han valido sus quintos reales más de tres millones de ducados, que monta más que cuanto hubieron los españoles de Atabaliba ni se halló en la ciudad del Cuzco cuando la descubrieron. Paresce, por lo que se ve, que el metal de la plata no puede correr con fuelles ni quedar con la materia del fuego convertido en plata. En Porco y en otras partes deste reino donde sacan metal hacen grandes planchas de plata, y el metal lo purifican y apartan de la escoria que se crían con la tierra, con fuego, teniendo para ello sus fuelles grandes. En este Potosí, aunque por muchos se ha procurado, jamás han podido salir con ello; la reciura del metal paresce que lo causa, o algún otro misterio; porque grandes maestros han intentado, como digo, de los sacar con fuelles, y no ha prestado nada su diligencia; y al fin, como para todas las cosas puedan hallar los hombres en esta vida remedio, no les faltó para sacar esta plata, con una invención la más extraña del mundo, y es que antiguamente, como lo ingas fueron tan ingeniosos en algunas partes que les sacaban plata, debía no querer correr con fuelles, como en esta de Potosí, y para aprovecharse del metal hacían unas formas de barro, del talle y manera que es un albahaquero en España, teniendo por muchas partes algunos agujeros o respiraderos. En estos tales ponían carbón, y el metal encima; y puestos por los cerros o laderas donde el viento tenía más fuerzas, sacaban dél plata, la cual apuraban y afinaban después con sus fuelles pequeños, o cañones con que soplan. Desta manera se sacó toda esta multitud de plata que ha salido deste cerro, y los indios se iban con el metal a los altos de la redonda dél a sacar plata. Llaman a estas formas guaires, y de noche hay tantas dellas por todos los campos y collados, que parescen luminarias; y en tiempo que hace viento recio se saca plata en cantidad; cuando el viento falta, por ninguna manera pueden sacar ninguna. De manera que, así como el viento es provechoso para navegar por el mar, lo es en este lugar para sacar la plata, y como los indios no hayan tenido veedores ni se pueda irles a la mano en cuanto al sacar plata, por llevarla ellos (como está ya dicho) a sacar a los cerros, se cree que muchos han enriquescido y llevado a sus tierras gran cantidad desta plata. Y fue esto causa que de muchas partes del reino acudían indios a este asiento de Potosí para aprovecharse, pues había para ello tan grande aparejo.